Mario o Carlos Castellanos Alcázar es un periodista oaxaqueño reconocido por su teoría en conocimientos adquiridos desde hace 40 años, reportero de Diarios locales y corresponsal de Medios nacionales, autor de la columna “Arena Política” con título de la Secretaría de Educación Pública- SEP- Maestro de Educación Primaria, analista de temas políticos, económicos y sociales.
El fallecimiento del niño, Ricardo, en el hospital con especialidades de Salina Cruz, por leucemia, fue por falta de energía eléctrica, por negligencia médica, carencia de medicamentos y falta de personal médico especializado.
Es muestra contundente de las deficiencias en materia de salud, en Oaxaca, pero también, indica corrupción, impunidad y burocracia en la administración del Gobierno Estatal.
Ricardo, un niño de apenas 10 años con deseos de vivir fue víctima de la corrupción de los Servicios de Salud en Oaxaca, sin embargo, a unos días de su deceso, ni el gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, ni el Secretario de Salud del Gobierno del Estado, Juan Carlos Márquez Heine, han respondido para los efectos de investigación y justicia contra los responsables.
Ricardo, ni siquiera fue recibido por los directivos, ni personal de dicho hospital, argumentando, que no hay medicamentos, personal médico especializado, ni los servicios, como luz eléctrica, tampoco lo canalizaron a otro nosocomio donde pudiera ser atendido.
Su progenitora exige justicia contra los médicos responsables, por lo que clama la intervención del gobierno estatal, incluso, el presidente de la comisión de Arbitraje Médico, Doctor Alberto Vásquez San Germán, condenó la acción, manifestando que el personal médico incurrió en grave error por no atender al paciente en la medida de las posibilidades, o no haberlo canalizado o apoyarlo con una ambulancia para su traslado a otro hospital,
Dijo que hay un presunto acto doloso que amerita una sanción, no dijo cual, incluso, los responsables del niño fallecido, están en su derecho de poner una demanda judicial para la investigación de los hechos y castigar a los responsables.
Desde luego, según investigaciones del columnista, hay muchas casos y denuncias de corrupción, negligencia médica y falta de medicamentos en los hospitales de la entidad, que se agudizan, en esta temporada de la pandemia del Covid- 19, que quedan impunes.
Es que, en Oaxaca, los Servicios de Salud (SSO) , está en severa crisis y corrupción, no solo del gobierno estatal, sino del mismo Secretario de Salud del Estado, Juan Carlos Márquez Heine, acusado de fraude millonario y negligencia en sus funciones, pues ya no se desempeña, abandona su cargo y se esconde, luego de haber despedido a 2 mil 500 médicos y enfermeras, al decir, porque no hay dinero para pagarles.
Además, una serie de fraudes y adeudos, que tiene los Servicios de Salud, a proveedores, pago de renta de inmuebles y hasta de personal de limpieza de los hospitales, todo esto ha creado una serie de protestas, manifestaciones y paro de labores de los trabajadores despedidos.
Mientras el Gobierno Estatal ordenó el desalojo de los trabajadores de salud despedidos, de un plantón que duro cien días en la Casa Oficial del Gobierno, que reclamaban su recontratación, sin embargo, el gobierno federal se comprometió a reinstalarlos, pero tampoco ha cumplido.
Todo esto agrava la situación en deterioro de la salud de los oaxaqueños ante la falta de medicamentos para los niños y adultos con cáncer y otras enfermedades crónicas, incluso, para los infectados del Covid- 19, que se incrementa ante la negligencia de las autoridades sanitarias.
Lo que sí, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, a un año de terminar su mandato, está solicitando al Congreso del Estado, la aprobación del presupuesto para el 2022, del orden de los 82 mil 808 millones de pesos, que no cuadran en la designación de los rubros de la administración pública.
Para salud tiene asignado 4 mil 395 millones de pesos cuando se requiere del doble para mejorar los servicios médicos y la infraestructura hospitalaria.
Sin embargo, se presume, malas intenciones en el manejo del presupuesto, “que gran parte pudiera ser designado a la campaña electoral del PRI a la gubernatura de Oaxaca, o bien, porque entramos al año de Hidalgo- y todo se queda en las bolsas del gobernante y funcionarios-
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