Mario o Carlos Castellanos Alcázar es un periodista oaxaqueño reconocido por su teoría en conocimientos adquiridos desde hace 40 años, reportero de Diarios locales y corresponsal de Medios nacionales, autor de la columna “Arena Política” con título de la Secretaría de Educación Pública- SEP- Maestro de Educación Primaria, analista de temas políticos, económicos y sociales.
Si el Gobierno Estatal no metiera las manos en la elección del Comité del Sindicato de los Trabajadores al Servicio del Estado, sería saludable, se suprimiría la división y el encono por transparencia, participación y democracia en la vida sindical de los burócratas.
Por siempre los trabajadores del Estado han pedido respeto a la autonomía sindical para que sean ellos mismos los que definan la elección de sus representantes sindicales, por lo que siempre han incriminado al Gobierno Estatal, que saque las manos de lo que no le incumbe.
Es que el Ejecutivo siempre ha tratado de manipular a los trabajadores a través del órgano sindical para influir en la elección de la representación sindical con la finalidad de mantener el control de la gremial, incluso, trata de imponer a los dirigentes a modo para luego mediatizar las demandas de los burócratas, violar los derechos laborales, profesionales y hasta sindicales.
Los tentáculos del gobierno están en todas partes y en todo momento sobre todo para influir en la vida sindical de 13 mil trabajadores, que han sido pisoteados en sus derechos laborales, pues para esto, los dirigentes sindicales se prestan a dichas maniobras, hasta llegar a la violencia, la violación de los estatutos e imposición de los comités del sindicato.
Pero también incurren en fraudes con la venta de plazas, ascensos, categorías y por supuesto, nunca rinden cuentas de las cuotas sindicales, según las demandas de las corrientes democráticas: Fuerza Negra y Conciencia Sindical.
Las denuncias subieron de tono el fin de la semana pasada en contra del Secretario General del Sindicato de los Trabajadores del Estado, Juan Ignacio Cruz Villavicencio y el cacique sindical, Juan Rafael Rosas Herrera, cuando trataron de imponer a las comisiones organizadoras de la elección de los nuevos dirigentes.
Esto ya está sucediendo en la víspera de la elección del nuevo comité del Sindicato de los Trabajadores al Servicio del Estado, que será en los primeros días de diciembre próximo, cuyo proceso electoral ya se empieza a manipular para imponer a las comisiones que se encargarán del proceso electivo y más que todo a la planilla oficial ligada al PRI- Gobierno.
Por supuesto que ya se dieron los primeros escarceos con vientos de violencia, luego de que el viernes 5 de noviembre en una asamblea de delegados, los dirigentes citados, que le han hecho daño a la democracia sindical, trataron de dar el madruguete para elegir unilateralmente a las comisiones: Electoral, de Honor y Justicia y Vigilancia, que son los tres órganos encargados del proceso electoral.
La elección de dichas comisiones sería a puertas cerradas, pues se trataba de una vil imposición a espaldas de las corrientes democráticas, entre estas: Fuerza Negra y Conciencia Sindical, opositoras a la corrupción del Comité Directivo, que deberá tomar en cuenta a dichos frentes con voz y voto para que la elección sea plural y democrática.
La fallida asamblea pudo haber llegado a los extremos de confrontación, pues con justa razón los democráticos opositores irrumpieron el conclave de Juan Ignacio Cruz Villavicencio- y por supuesto, que hubo gritos y alegatos entre las partes que exigen una elección democrática, participativa, plural y sin la intervención del gobierno.
Los manifestantes de Fuerza Negra y Conciencia Sindical exigen piso parejo, que se les tome en cuenta con voz y voto en la integración de las comisiones para la elección de un comité sindical con la representación y fuerza de los trabajadores, pero más que todo con tintes democráticos, sin presiones ni revanchismos políticos.
Por consiguiente, es necesaria la participación de las diferentes voces e ideologías para terminar con la corrupción del “charrismo” con el fin de crear un ambiente democrático y asimismo, la conquista de los derechos laborales de los trabajadores, incluso, rescatar algunas prestaciones que se han perdido o que están a punto de fenecer, entre estos, el Fondo de Pensiones, el tabulador, bonos y prestaciones sociales.
Se requiere también de la actualización de los estatutos del sindicato, ya que son obsoletos, al permanecer desde hace 40 años, por lo que ya no tienen vigencia- y si se aplican, están fuera de orden. Ya no responden a las exigencias de los trabajadores.
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